18-06-2007

Radical Ausencia de Elegancia. (carta de mentira a una deidad igualmente inexistente)

Sabado en la tarde y mi muela simula sutilmente lo que he venido sintiendo hace ya bastantes años: dolor. Me ahorra justificativos para argumentar la triste caminata de todo hombre por este valle de lágrimas que intentamos llamar vida, para decirnos mutuamente que algo de esperanza habita al final del camino, o a lo menos mientras lo caminamos. Todos sabemos que aquello es una flagrante mentira anquilosada por siglos de discursos aprehendidos al poder de turno, los cuales finalmente decantan en cuentos de viejitos pascueros y conejos culiaos con huevos de mierda cantados por nuestras dulces abuelas, con el fin de hacernos ingresar al mundo de mentiras del que ellas ya se despidieron, y a sabiendas de su estupidez suma, adornan con alegorías tiernas antes de que nuestras almas comprendadan el verdadero sentido (o sin sentido) de nuestra ya dilatada estancia en la tierra, a saber, nacer para morir en un par de años más, sin la más mínima cuota de gloria, pero embargados en la más profunda pena. Esta es la triste irrealidad de quienes han negado toda posibilidad de optimismo a un mundo que ya vive sus últimos días de vida.

Cuantas almas han partido al Hades, Elíseo, Walhalla, Cielo o Infierno buscando la gloria que en la tierra siempre ha sido negada por cuantos han mirado al cielo y a la naturaleza buscando las respuestas más fundamentales sobre el devenir de nuestra existencia. ¿No han notado acaso que todas las respuestas están más allá de nuestro entendimiento y que sólo hemos de llegar a ellas suprimiendo todo lo de humano que nos conforma?. Triste constatación de hechos, pero creo que ningún dios ha habitado nuestro mundo y ninguno de ellos ha estado aquí para hacernos más felices sólo a base de buenas intenciones. Todos piden algo que no tenemos y todos nos llevan a un lugar que no visualizamos sino al fin de nuestros días. ¿Vivir entonces para ser felices o para llegar a un lugar feliz después de muertos? ¿Cuándo es el momento de la felicidad?

Una muela disfuncional en mi mandíbula me anuncia que mis años como trabajador de la educación han sido en vano, pues mis jefes han decidido no cancelar unas cuotas mensuales que se dicen legales por no se qué filósofo o teórico de las sociedades, a una institución inexistente llamada FONASA o algo así, que procura salvaguardar mis intereses en un ámbito de lo humano, que surge luego de que la Modernidad europea se difunde con violencia extrema a cada lado del globo, conocido como salud pública y que es eficazmente supervigilada por otra de aquellas instituciones inexistentes, conocida por el nombre de Estado, hecha y pensada para hacer de mi existencia en la tierra un poco más llevadera en consideración de que los inventores de dicho Estado fueron los mismos que le dieron muerte a los dioses, ulteriores garantes de la salud de los dichosos seres humanos. Como ustedes han podido ver, nada de lo que es acabo de mencionar existe realmente, no forma parte de nuestra cotidianeidad sino hasta cuando un aspecto de ella entra en crisis y requerimos de los servicios del Estado en cualquiera de sus formatos, mientras le rogamos a dios por el buen funcionamiento de su máquina insigne, es decir, nuestro cuerpo. ¿Será posible que cada vez que lloremos lo hagamos rogando a alguien que nos supera y a quien le debemos irrestricta obediencia?. ¿No somos acaso el pueblo elegido o los dueños de la naturaleza?

Palabras más palabras menos, mi muela se fue por el excusado de un baño de posta pública el sábado en la noche, luego de una serie de martillazos aplicados por una profesional de las dentaduras humanas, cuya legitimidad descansa en una serie de conocimientos apilados y medianamente sistematizados que los humanos llamamos ciencia, los cuales, supuestamente, legitiman el quehacer de una persona y le otorgan poderes suprahumanos frente a otros y le permiten humillar o bien, extirpar una de sus partes creadas por la providencia o quizás que dios, con el fin de aliviar su dolor físico y aumentar el dolor espiritual que surge de la constatación de nuestra precariedad como raza. Es esta ciencia la que ha elaborado sistemas de aniquilación tan finos como la foto que engalana este artículo, fue la misma ciencia a la que recurro constantemente para que amilane mi dolor, y fue la misma ciencia, encarnada en la personalidad de una funesta mujer de traje blanco, quien vestida de su mejor prepotencia, alega en mi contra que es mi dolor el factor que imposibilita su incansable trabajo por la salud de los seres humanos. ¿No será mi dolor, la materia prima de su profesionalidad y la matriz de su inquietud de científica?. ¿Cuándo fue que nosotros trabajamos para quienes nos prestan servicios y ellos dejaron de trabajar para nuestro bienestar?. Probablemente ello haya ocurrido el mismo instante cuando dejamos de vivir para nosotros y empezamos a vivir para una vida que no nos petenece.

Mi muela ha hecho mucho por mí estos días, me ha corroborado la mentira de muestro mundo y me ha recordado mi viejo odio por lo inexistente, por todo aquello que no es humano y nos contiene; por todo aquello que hemos inventado y nos sobrepasa; por todo aquello que nos llena de orgullo y nos liquida cuando pasamos a formar parte de los necesarios marginados de un mundo que NUNCA ha sido pensado para todos. Pues ni el cielo lo es tampoco. ¿Estaban todos llamados a esta cena o solamente los bienaventurados?. Nunca pude entender la diferencia entre camino, verdad y vida y porqué estaban todos en las manos de una sola persona, si incluso ahora los tres poderes del Estado están divididos en tres iinstituciones. Por lo demás ¿Porqué se tomó tantas molestias en venir y predicar si sólo vendría a morir, en manos de sus discípulos, en el imperio más grande del mundo y a vista y paciencia de su padre? Obra trágica inigualada siquiera en la antigua Grecia, pues todo padre daría la vida por salvar la de su único vástago. ¿Es la religión antinatural al negar la vida del hijo y al negar el placer del goce sexual?

Mi muela me recordó que tal como ella inflingía dolor a mi cuerpo entero, podríamos algún día ejercer la función de una muela infectada en la vida de algunos de aquellos humanos que descienden de otros humanos inventores de este mundo que nos convoca a minimizarnos y a contabilizarnos como piezas dentarias en una mandíbula ajena. Si alguna vez te sentiste como una carie, no estabas tan lejano a la realidad (pues no existe tal entelequia), todos nos hemos sentido como quistes de dolor en un cuerpo ajeno. Recuerda que nuestras muelas sirven para moler la comida envasada de mentira, que se elabora a partir de animales criados por humanos que son también de mentira, para ser vendidos en lugares donde la mentira se apila en filas con precios donde todo es una mentira, mediante publicidad elaborada por dinero de mentira, para llevar a tu hogar mensajes de mentira que te llevan a comprar cosas de mentira movido por necesidades de mentira y, para finalmente, ser comidos en hogares de mentira. Mentira es también que estoy escribiendo en un lugar llamado internet y que mis amigos leen lo que escribo y les gusta. Mentira es que diré lo que digo y que dije lo que he dicho, en el momento en que estas palabras hieran eventualmente la mandíbula de alguien con poder y, precisamente su poder plenipotenciario me mande a extirpar, en nombre del bien y orden público, que por lo demás son otra mentira de la cual puedo dar fecha de incio con detalles.

Mentira es que vivimos en un lugar hermoso y mentira es que lo estemos destruyendo, pues nuestra alma ha muerto siglos atras y lo único que necesitamos, es un lindo hongo en cada capital de cada país de nuestro bello mundo, para que siga tan bello como lo fue alguna vez. SIN RAZA HUMANA. Sin humanos que pretendan comprenderlo y salvarlo, sin humanos que digan que hay otros humanos que son inhumanos y que lo que hacen va en contra de la humanidad. Tanta humanidad no me da sino náuseas si llegamos a visualizar que hemos creado un mundo hecho a la imagen y semejanza de nuestras más profundas odiosidades.

P.D. Para los sorprendidos, sino me he suicidado es sencillamente por que no se me da la regalada y conchesumadre gana. Mi espíritu de muela infectada me impele a infringir dolor en este mundo que me ha asignado la loable tarea de mascar los excesos de un banquete interminable

P.D. 2. está mal escrito, mal redactado y con mala ortografía pero no pretendo corregirlo para no perder las malas intenciones

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi amor te entiendo....pero el trabajo es el trabajo y como adulto que eres agacha la cabeza y resiste a hasta final ...los alumnos no tienen la culpa de que el colegio sea como las wea, tu como profesor teni que demostrar que para ese colegio eri mucho....tu, yo y mucha gente mas lo sabemos.......ah y ojala no te duela otra muela po jajjaajja......te amo y no te sigai amargando mira que no vale la pena ....

Stimpy J. Necio dijo...

que lindo lo que dijiste pero lamentablemente, no soy adulto ni buen profesor. si lo fuera no habria trabajado en las cagas que he trabajado y si fuera adulto esto no me imoportaria.

me dan los mismo los cabros culiaos tambien

Anónimo dijo...

criatian no seai asi!!!...tu sabi perfectamente quien tiene aqui la culpa y los alumnos no son y si eri maduro y sabi que eri buen profe hasta cuando te vay a seguir tirando pa bajo..el mal profesor no soy aqui tu , el problema es que hay trabajado lamentablemente con pura gente turbia....te amoo...y si segui webiando renuncia y punto final pero tu sabi que la filo no va aperder el que pierde eri tu asi que resiste!!