17-07-2008

ZEITGEIST


Hace unos años ya rondaba la presunción de que muchas de las cosas que veíamos en televisión olían a basura, escondiendo tras su hedor algo más que las mentiras de una elite lejana e insensible, sino el plan explícito de dominación mundial. El método es nuevo, se ampara en una arma de destrucción masiva que ha crecido exponencialmente tanto en cobertura como en versatilidad durante la segunda mitad del Siglo XX, generando un nuevo medio material para extender la influencia ideológica de quienes escriben la historia. Los medios de comunicación masiva prescinden del refinamiento tecnológico de una bomba, se burla del heroismo de los veteranos de guerra, coquetea con la moral de los televidentes y tiene tanto alcance como la más voraz de las pandemias jamás vistas sobre la faz de la tierra. Los mass media sencillamente hacen uso de un poco de electricidad para devastar ciudades enteras mediante la sobreexposición de un modo de habitar el mundo, que inevitablemente redunda en la imposición de una nueva norma de coportamiento social: el individualismo abyecto, capaz de transformar al vecino en un enemigo, al enemigo en un ídolo y al malo de la película en el héroe de turno.

El horror que inoculan en con cada electrón que escapa de nuestros televisores, hace indispensable el culto a la violencia contra el extraño, genera un velo hipnotizante en nuestros sentidos para que los ojos no se cierren ante el horror del exterminio de quienes no les alcanza para vivir como se propone desde los tabloides. Tienen los medios de comunicación masiva en su seno la capacidad de generar una adicción balsámica sobre los espectadores del teatro del mundo para que anhelemos ver más de aquello que carecemos. En ellos se escribe la historia y tanto es así, que se pemiten el lujo de abrir espacios de conversación para que nuestras opioniones des-informadas se incorporen en sus programas de conversacion.

No hay nada que podamos hacer al respecto, mis fuentes dependen de aquel anaquel prepotente de verdades sobreimpuestas mediante la sangre de niños que jamás veremos llorar, pues una mujer hermosa acosada por los paparazzis pareciera ser mucho mas conmovedor que un hambriento muriendo de impotencia en la esquina de nustras mismas narices. ¿Alguno de uds renunciará a sus trabajos para terminar con la vorágine del capitalismo que ya sabemos no tiene sentido más que nuestro propio exterminio?.... no lo creo

3 comentarios:

Nicaso Hago dijo...

Es como los programas de flaites...volver paranoica a la gente................Concuerdo , hay que hacer algo por NIN...en septiembre esta The Hives y Smog también.

Saludos

Allendenko dijo...

CONTRAINFORMACION!!!
Ahi radica otro modo de habitar!!!

Ariel dijo...

Viva el capitalismo y el sistema de mercado!