24-01-2008

Bando Presidencial Nº 1. "Exterminar el Cáncer Adolescente"

Mi resistencia a los embates del facilismo fueron en vano, heme aquí, a punto de abordar un tema despreciable, el colmo de lo lugares comunes, titular de periódico de mala muerte, conversación transantiaguina de vieja cuilá, análisis pastoso de opinólogo trasnochado y matriz del ráting matutino de programas carentes de todo sentido de la decencia. Si señores, esta tarde, halbalremos de los pokemones justificando de paso, la necesidad de extirpar dicha plaga inmunda de las calles de nuestra ya inmunda ciudad.

Tribus Urbanas

Según la sociología del siglo XX las ciudades son el escenario donde se despliegua la modernidad en su anchura, es decir, el espacio vital de todas las expresiones humanas surgidas por y para la satisfacción de las necesidades humanas dentro del contexto del modo de producción capitalista que surge ya a mediados del siglo XIX. Urbe es todo aquello que vemos en tanto edificio y todo aquello que no vemos en tanto práctica social, costumbre, moda y forma de comunicación. La ciudad es más un sistema de integración de redes sociales y econonómicas que un mero lugar para vivir, es un hábitat, pero más un conjuno de formas de convivencia que un espacio voluminoso en el cual nuestra existencia transcurre, pues la posibilidad misma de extender nuestra vida gracias al consumo diario de kilo calorías, es debido al funcionamieno de las redes y al uso de los modods de comportamiento social que nos impone la urbe: algo así como ir al trabajo, recibir un sueldo y compar lo necesario con él.

Si la ciudad se define por la interacción e implementación de redes en las que se tranzan mercancías (incluido nuestra capacidad de trabajo), bienes, capitales, modas, usos y estilos narrativos, los actores que viven en ella deben ser tan diversos como las necesidades que esta urbe debe consentir para el funcionamiento del conunto en su totalidad y para el bienestar de las células en particular. La diversidad de actores sociales en la ciudad se pueden discernir de acuerdo a la posición que ocupan los individuos con respecto al capital y la subsecuente producción de bienes económicos, o bien, mediante el estatuto jurídico de cada persona frente a la institución que gobierna inexorablemente cada uno de los pasos que damos en el asfalto citadino del día a día, a saber, el estado. No obstante, desde el prisma que otorga la geografía urbana humanista, cuyo campo de estudio se basa en la diversidad de formas de comportarse en el interior de la ciudad, fruto de las diferentes miradas que le imprimen los grupos que no tienen representación ni en el capital, ni en la política de estado, se pude abordar el tema de las tribus urbanas, o mejor dicho, de pequeñas sociedades disidentes que se ubican en la frontera de la modernidad (y por ende de la ciudad), cuya forma de comportamiento no responde a las aspiraciones nrmales del modelo capitalista de fin de siglo o bien, no comparte los criterios políticos que impone el gobierno de turno respecto de temas tan centrales como el imperio de la ley y los derechos ciudadanos.

Tribus urbanas entonces serán aquellos grupos que viéndose postergados por la vida urbana, por el mercado de trabajo, por los sistemas de ayuda y previsión social, por la legalidad en su más amplia significación y por las modas inspiradas en estilos de vida de ricos y famosos extranjeros, manifiestan en el espacio público de su habitar cotidiano, modos de organiación social anómalos al régimen de comportamiento imperante, no porque esté o no a la moda, sino por que carecen de las armas legales y económicamente aceptadas para integrarse a la vida común e los ciudadanos de a pie, endeudados, apatronados y severamente desgraciados. La tribu urbana no es una moda, es una respuesta formal de resistencia cultural al movimiento fagocitador propio de las amebas que ejerce la ciudad y su moddus opperandi sobre nuestros cuerpos, alma sy espíritus. Ante esta suscinta explicación de geografía urbana que alguna vez engalanó sendas páginas de una tesis de grado, es imposible en estado de mediana lucidez siquiera, pretender denominar a estos grupúsculos de cabros culiaos como una tribu urbana, si todo lo que manifiestan en sus comportamientos, vestimentas y escasos dichos teñidos de verosimilitud, son comportamienos propios de un niño extremadamente conectado la misma matriz de la modernidad, la world, wide web.

"Quieren Mostrarse Como Diferentes"

Si realmente eso es lo que quieren demostrar, pues explíquenme una sola cosa: ¿porqué demonios se visten todos iguales?. Desde que la civilización occidental de post-guerra inauguró la época de oro del capitalismo con la llamada "sociedad de masas o de consumo", se abrió un espacio en ella para que un nuevo nicho de producción vaciara sus innovaciones en un segmento de mercado ávido de nuevos productos, servicios, etc. este es el mercado del adolescente y el jóven. La llamada rebeldía juvenil que es tan propia de las conversaciones de sobre mesa de cualquier familia medianamente informada, no es sino el invento más próspero de una sociedad que se esmera por crear necesidades que se ajusten a los objetivos de las grandes corporaciones para crear industrias multimillonarias de publicidad, música, cine y televisión con el fin de captar compradores mediante la estimulación de las feromonas de millones de adolescentes prestos a adquirir lo qu se para parecerse a quien sea, donde sea y cuando sea. Lo que se argumenta no es otra cosa que decir que la rebeldía adolescente es un valor que se transa en el mercado, se regula mediante la produccion y se multiplica gracias a mtv, los rockeros y la nunca bien ponderada publicidad de fin de siglo.

Por otro lado, si realmente quisiera decir algo, pues porqué diantre no lo dicen, porqué malgastan su efímera juventud en bailar el peor de odos los estilos musicales concebidos por la especie humana animorando su capacidad de crítica social y cambiándola por un desefrendo estùpido que parece no tener más fundamente que la ociocidad de una generaciñon que aprende a escribir abreviado y ajena a toda convención ideomática profunda. Todas las generaciones tienen alo que decir, y han existido unas doblemente rebeldes, realmente gravitantes en la política y cultura de las sociedades, lamentablemente esta generación se destaca exactamente por lo contrario, han llegado a un grado de idiotez tan grotesco que su única expresión en el espacio público, es la hipertrofia de su propia carencia de visión y el aprovechamiento de un medio comunicacional pobre que ante todo estímulo, por nimio que este sea, reacciona con tintes de descubrimiento ante la tontera de moda y la moda de la tontera.

No hay nada nuevo ni nada exagerado, son los mismos de siempre haciendo lo mismo de siempre, en un mundo siempre igual cansado de lo mismo. Terrible

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