15-10-2006

Lafloripondio

Nada mejor que comenzar este blog dedicando unas lineas a una de las mejores bandas de rock chileno de toda la vida. intento no exagerar al decir "rock chileno" pues la combinatoria de lí­rica, la puesta en escena y actitud frente al hecho musical, los ponen en una posición única dentro de la escena rockera de todos los tiempos. Han sabido combinar el chucherío chileno, con la maldita constumbre de la viveza y al picardia en un revoltijo de sonidos vivos que nos impele a mover los huesos.

Si bien en sus inicios la propuesta era mucho mas cercana a un punk no-wave, sazonado con arpegios crimsianos y una estética parca, hermética y desafiante, siempre pudieron fusionar la expresión sonora con la experiencia cotidiana de la chilenidad contemporanea, es decir, la memoria propia e inmediata, sin mediar tributos de ningún tipo ni la ya vapuleada cortesía por revivir folclores urbanos mas cercanos a lo kitsch, artificiales. Ellos exponen una chilenidad precaria y directa de un pobre cabro que vendí­a verduras y que no soñaba con ser estrella de rock, alguien quien nunca la importo tanto la música que hacía, pero si la que escuchaba.

Fue en ese momento, cuando las lertras que aludían al sacrosanto chino Ríos y homenajeaban surrealistamente al hospital para insanos de valparaiso, rescataban sin querer y sin cliches, al chileno medio, salvao´, bueno pa´l copete, que sabe manejarse perfectamente en la noche y lidiar con licenciados y traficantes, que le gusta trasnochar vez que puede y que tiene siempre un resquicio para hacer reir a alguien y manifestar su alegrí­a. O su mas abyecto descontento.
Al pasar el tiempo vimos como esa suerte de David Byrne con aire de cantor popular, se transformaba en nuestro Luca Prodan inyectado en paraguayos prensados, jugando a inventar folclores callejeros, pintando volados y pasteles perdidos en una calle que ni siquiera puede mencionarse. Evitando lo que no quiere.

Digo esto, y sin ánimo de criticar, porque el rock chileno hace ya bastante tiempo que consistía en hacer una letra en castellano, con un par de garabatos y algo que nos identificara para que sea nominalmente chileno, pero con una estructura musical absolutamente importada. La chilenidad de la flori no estriba en su denominación de origen, se fundamenta en la atmósfera chinganezca que crea, que da vuelta el mundo y nos transporta a un escenario liberador donde nos encontramos con un ritmo propio, no catalogable, sino un un escenario sorono que nos permite ser como los chilenitos nos hicimos famosos: picantes, flojos, de verborrea ampulosa para criticar el error ajeno y para sacarse los pillos y por sobre todo, siempre llano a olvidar el mundo, entregarse al carnaval efí­mero y arrepentirse mañaana de la juerga interminable.

Es Rock Chileno porque no suena a nada mas y solo podría hacerse aquí. Me atrevería a decir que eso ha sido logrado solo por los jaivas pero en otro sentido, ellos rescayaban una tradición cultural histórica, noble y con una belleza reconocida en el mundo entero. Estos giles de la flori, no rescatan nada, nos muestran guata al sol, con una chela en la mano, y con la otra haciendo un ademan pa seguir bailando, como mono

2 comentarios:

Stimpy J. Necio dijo...

ahora si po washos, si podemos comentar

Allendenko dijo...

Puta compare, si se tratase de una foto habría que decir que esa imagen no tiene desenfoche, como se trata de un texto que ha de mostrar aquello que la floripondio ES, hay que decir que es de claridad superlativa.
Sin excesos de admirador adol-essente, ni algo (a)parecido.
Gracias, y estaremos a la espera del siguiente envío.
Allendenko