09-05-2007

PATER FAMILIAS ABSCONDITUS

Fue un día sabado cuando todo ocurrió, pasaban ya las 3 de la tarde y aún no llegaba mi viejo, cosa que sólo había ocurrido un par de veces, pero que nunca significó gran cosa para una familia de clase media que sabe de injusticias en el trabajo y de un padre omnipotente, capaz de todo por alimentar a quienes le deben la vida.

Las 3 de la tarde y un frío inédito recorría mis manos, pensaba que era la rezaca de la juerga infaltable del viernes por la noche, pero la incertidumbre calaba mis ojos negando toda posibilidad de reposo. Si, ya lo sabía pero necesitaba corroborarlo. Mi papá ya no llegaría jamás.

Un accidente fue siempre el temor constante para una familia cuyo padre trabaja manejando 12 horas al día, pero no; un ataque fulminante de cualquiera de esas enfermedades que cercenan las esperanzas de una familia pudo haber sido, pero semejante roble de bigotes recios como su ímpetu no caería tan fácilmente traicionado por su corazón u órgano cualquiera.

Fue pues el inicio de una película, aquella fracción de irrealidad que nunca supusimos: secuestro. palabra de difícil definicón y peor intelección emotiva. Cuál era el motivo, para qué, cómo y donde, sin embrago así fue. El destino de un desalmado se tropezó con el ímpetu de un hombre como no hay dos y trenzó para siempre, las vidas de un trío de personas que han signado a fuego y muerte la unión perenne de la familia y un puñado de desesperados carentes de todo proyecto relevante para hacerse del sucio dinero. Así transcurría la peor película de terror jamás vista por quien suscribe, salíamos en los diarios y periodistas henchidos de verborrea salibienta comentaban los pormenores de un drama ahora público, ya que la afrenta de aquella caterva de pandilleros de mala muerte no hería de muerte a una familia, ni tampoco marcaba de por vida al secuestrado, destinado a despertar a mitad de la noche pensando en sus raptores hasta que la tranquilidad e la muerte se dignara a darle un poco de paz. No señores, este episodio era ahora asunto de la opinión pública y mi papá un objeto de fetiche para opinólogos y muertos de hambre.

Las peores muertes indignas, fétidas y sangrientas han pasado por mi cabeza en vigilia, el llanto de mi hermana y madre acompaña las torturas más inverosímiles, mi padre mira al cielo buscando como salir, mientras Iván Valenzuela comenta en boca de todos, las últimas vicisitudes del "caso Carlos Leyton", justo a la misma hora que mi lindo viejujo me despertaba con un desayuno humeante para hacer en vida, lo que mejor me enseñó a ser, un hombre.

01-05-2007

Veritas in Vinis


Llegaba la noche y estos weones jugaban a que el día recién empezaba. Era la costumbre de cada martes en la noche, hacer de cuentas que el viernes se adelantaba un par de días y así la excusa de beber hasta tarde en plena semana, insultaba un poco menos los oídos de la gente decente. Salimos pues, llenas las alforjas con lo indispensable para la noche, agujas e hilo para surcir viejas y deshilachados recuerdos, pañuelos deshechables para que no digan que no somos sensibles y menos que se nos caen los mocos, un encendedor para prender lo que no puede apagarse, cigarrillos para acompañar todo lo que se haga, dinero, amigos para hacer creíble lo que se dice después de unas cervezas y unas muy buenas zapatillas, pues entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana transcurren mucho más que 7 horas.

El más hablador del grupo recordó a su bella enamorada y a las cartas de amor que sus millones de pretendientes atiborran en su casilla postal, recordó cuanto amor se profesaban, recordó también su inseguridad consustancial, fiel compañera desde la más tierna infancia. Tomó una bocanada llena del humo que ha transformado a Don Miguel en un pobre desventurado, (uno de cada 15 fumadores creo) y volvió a reeler en su afortunada memoria las cartas de los pretendientes, recordando los últimos pasajes de La Odisea como planeando el final más sórdido para quienes aún pretenden conquistar a alguien diciendo :"eres linda encerio". La evidente estupidez tranquilizó su andar y encendió otro cigarrillo, para que supieran sus amigos que había dejado de pensar wevadas y se disponía a pedir una corrida de cervezas en voz alta, para sentirse avasallador, a pesar que su animo le era adverso.

Bebieron hasta que la Aurora anunció el nuevo día y volviose hacia sus pensamientos diciendo: "tal vez esto no debiese ocurrir tan seguido, tal vez estas noches firmen mi perdición y mortal calamidad." Bebió su último trago, escucho de lejos los garabatos de los amigos, tomo un taxi, pagó y puesto el pijama, pensaba en ella y en las cartas de amor de los pretendientes.

Vida y Obra de Dante Alighieri

Dante Alighieri nació en Florencia el año 1265 y murió en Rávena en 1321. En aquellos tiempos la ciudad de Florencia no gozaba de la riqueza que hoy la engalana, era más bien una sociedad que desde nuestro punto de vista, carecía de una gran riqueza, en una Italia desunida, compuesta por pequeños principados consumidos por luchas intestinas, y carente de la unidad lingüística que hoy la caracteriza. Europa a su vez, pasaba por un mal momentos, pues había sido azotada por una serie de sequías y pestes. En suma, nace en un contexto temporal difícil, teñido de violencia, incertidumbre política y; de una inesperada grandeza espiritual que ve nacer un movimiento poético que da el pie para el desarrollo de una obra imperecedera y es el centro de nuestro estudio: La Divina Comedia.

En Florencia crecía una corriente poética de gran refinamiento, conocida como Il Dolce Estilo Novo, cuyo nacimiento se puede rastrear desde la Boulogne y promueve dos nuevas ideas del todo nuevas para enriquecer la lírica europea y universal: en primer lugar la idea de la Nobleza Original, distinta a la común entendida en esos tiempos -incluso por Federico II- basada en la sangre y la riqueza, sino más bien en la capacidad de amar, en la gentileza; y en segundo lugar, la idea de la Donna Angelicata, es decir, una bella doncella de aspecto angelical que baja a al tierra y tiene por misión salvar al poeta, extraviado su camino de salvación eterna y debe ser salvado por una entidad áurea, que le atrapa, para luego morir y cumplir con este acto, su destino divino inspirando la sensibilidad poética del autor[1].

El amor perdido que sentía Dante desde los 9 años por su dama angelical conocida como Beatriz, y su exilio político de Florencia, explican toda la vida y obra literaria del autor.

Beatriz fue el nombre dado por Dante a una mujer florentina casada y conocida por sus hijos como Bice, no obstante y a pesar de la fogosidad del enamoramiento, lo más probable es que jamás hayan intercambiado palabra alguna, puesto que Dante estaba casado y tenía 4 o 5 hijos, a los cuales no vio más desde que fue exiliado de su ciudad natal.

Dante fue condenado dos veces, debido a un cambio en el gobierno y en el partido político dirigente el cual una vez tomado el poder, tomó sendas represalias con los colaboradores del gobierno anterior dentro de quienes se contaba nuestro poeta. La primera condena sentenció al poeta a un exilio de dos años y al pago de una multa, y por ser éste un dictamen judicial teñido por el giro de la política de la ciudad, el acusado no compareció ante el tribunal, por lo cual fue condenado a la muerte[2] y con ello al exilio permanente de Dante de su patria. Como es de esperar, una vez escrita la Comedia y esparcida su fama, Florencia le ofreció una amnistía que el ahora eximio poeta no gustó en aceptar.

En el exilio, escribió una serie de libros que incuban el inquieto intelecto y la solemne sensibilidad que le llevarán a concebir la Comedia. El Banquete, por ejemplo es considerado como el primer libro de filosofía escrito en Europa, incluso anterior en 200 años que el famoso L´Discuse de la Metote de Descartes, aquí Dante hace un encomio a la lengua italiana a pesar de que la lengua culta oficial del medioevo europea era el latín, pues aboga por la sustitución de aquella lengua por el italiano, considerado como un nuevo sol, dispuesto a iluminar el pensamiento.

En su texto La Elocuencia Vulgar, Dante da inicio a su discurso con una pregunta inédita en aquella época y que ilumina el derrotero de su pensamiento y sus capacidades intelectivas: ¿Por qué habla el ser humano?, puesto que ni animales, ni ángeles lo hacen y sin embargo, se comunican de igual modo. Su respuesta es fascinante, pues en primer lugar su fuente es la Biblia y su respuesta es directa, el hombre habla por gracia divina, o “habla por hablar”, ya que Adán, el primer hombre, ya le hablaba a Dios previo al nacimiento de Eva, para comunicarle algo que de hecho Dios ya conocía pues su omnisapiensia es infinita e infalible. Este tipo de pensamiento no ve la luz en Europa de un modo generalizado sino hasta el siglo XVIII en boca de los románticos alemanes.

En este estudio, Dante investiga sobre los dialectos italianos, comparándolos con el Francés, el Provenzal e incluso el Español, descubriendo que todos están emparentados sin ver, curiosamente, que su ascendente común era el Latín, puesto que según la concepción de la época, este último idioma era invariable debido a su estructura gramatical. También crea una interpretación histórica sobre el episodio de la confusión de lenguas suscitada luego de la construcción de la Torre de Babel, aludiendo a que la monumentalidad de la construcción requerí de una especialización del trabajo enorme, lo que derivó en una división tan radical y prolongada en el tiempo, que cada uno de los grupos de trabajo ocupados cada uno sólo en lo suyo, derivó en a emergencia de dialectos distintos. Con esta interpretación, Dante hace explícita su tesis que la historicidad de los idiomas, cuyo origen no se debe a nada más sino a la cultura.

En De Monarchia, desarrolla la discusión sobre el Imperio e introduce su propia idea de imperio europeo. Está escrita en latín, ya que está escrita para ser discutida en los salones intelectuales que usaban esta lengua como el vehículo de discusiones filosóficas. Está basada en las ideas de Aristóteles, por cuanto, olvida la diferencia de 18 siglos que separan la realidad del filósofo con la suya propia, olvidando las concepciones de libertad y pasión humana que ya emergían en el pensamiento de la Europa de aquellos siglos. Defiende la separación entre la Iglesia y el Estado, basándose exclusivamente en la división de las funciones temporales y espirituales, límite casi indefinible en esa época, puesto que según la concepción medieval, cada cosa era un relejo de lo eterno en lo más profundo de su composición ontológica[3].

Lectura Crítica de los Cantos I y II de la Divina Comedia

Cuando Dante declama que camina por una selva oscura en la mitad del camino de su vida y se le aparecen 3 bestias, una pantera, una loba y un león, se constata en primer lugar que aquel día corresponde al 8 de Abril del año 1300, pues según la Biblia, la vida de un hombre alcanzará los 70 años y Dante en dicho año cursaba por esa edad; por otro lado el papa Bonifacio VIII decretó aquel año como año santo y el viernes santo correspondió al día 10 de abril, además ese día, el sol estaba en la casa de Arias tal cual como estaba el día de la creación del mundo. También sustenta el Sr. Barceló esta tesis aludiendo a la conversación que tiene Virgilio con un demonio en el infierno, quien les recuerda que el día anterior al que ellos caminaban por el infierno, se cumplían 1266 años de que ocurriera un gran terremoto en el infierno, que según San Mateo, sucedió en cuanto Jesús fue muerto en la Cruz.

Las tres fieras, por otro lado, simbolizan la lujuria en el caso de la pantera, la soberbia para el león y la codicia en cuanto a la loba; pecados capitales todos descritos en los pasajes de El Purgatorio, siendo la codicia el mayor enemigo del Imperio Universal anteriormente descrito.

En este viaje es acompañado por Virgilio, eximio poeta romano autor de La Eneida. Los motivos que impulsan a Dante a escogerlo como su acompañante pueden desentrañarse por los siguientes motivos. En primer lugar, Virgilio es considerado en el medioevo europeo como el más grande de los poetas clásicos por lo que cualquier estudiante instruido en los textos grecorromanos lo conocía bien y le admiraba. En segundo lugar, Virgilio era el poeta que cantaba al Imperio Romano y para Dante el Imperio Romano ocupaba un lugar importante en la historia de los hombres y en su destino histórico, ya que sin él no se puede garantizar la paz, el derecho ni la justicia y tampoco habrá redención en la humanidad sin su existencia, pues gracias al Imperio Romano la crucifixión y la derrota de la muerte por la resurrección pudo llevarse a cabo. En tercer lugar Virgilio gozaba de fama de mago o alquimista y se le atribuía que mediante medios mágicos habría alejado una plaga de moscas en la ciudad de Nápoles. Y en cuarto lugar, según Dante, Virgilio ya conocía el infierno ya que en un relato de Lucano se cuenta que Virgilio desciende a los infiernos en busca de un soldado que de acuerdo al designio de una bruja, ya conocía el resultado de la batalla entre Cesar y Pompeyo.

Virgilio cumple la función de un enviado de la divinidad para procurar la salvación del poeta, pues la descripción de este periplo por geografías divinas, no es más que el relato de la salvación personal del poeta, encargada por Beatriz desde las alturas. Cual Donna Angelicata o instrumento de la gracia divina.


[1] Según el profesor Joaquín Barceló, esto no constituye una ficción literaria, pues tiene una correspondencia con la realidad aquel trágico destino de las Damas Angelicales. Efectivamente las Damas fallecían pues las condiciones materiales de subsistencia en la Edad Media eran precarias, sin embargo, el poeta veía en lo perecedero, una imagen de lo eterno, que habita en toda las cosas, en tanto simbolismo cristiano y aspecto preponderante en la cultura de la Europa de los siglos XIII y XIV.

[2] Condenado a ser quemado hasta que muera” Según los documentos de la pena. Citado por Joaquín Barceló.

[3] Cuando Dante escribe este texto, reúne en síntesis una larga tradición que defiende para el Imperio la mima legitimidad que para el Pontificado. Según Suárez: “parte del principio filosófico de que cada criatura debe tener su fin en sí misma. El fin de la sociedad es ante todo lograr la paz universal, base de la felicidad terrena, como el fin de la Iglesia es conducir al hombre a su otra felicidad espiritual eterna. Estado e Iglesia proceden igualmente de Dios. Pero la paz universal no puede conseguirse sino mediante la creación de una Monarquía universal también, como fue en tiempos de Roma.” Dante amenazaba en parte el providencialismo agustiniano con la invocación de la creación de un imperio terreno que asumiera la responsabilidad de crear u n mundo de paz, justicia y derecho en la tierra disociado del poder espiritual, afirmando el historicismo del hombre y que su existencia cobra valor por sí misma, aún reflejando la voluntad de Dios. Suárez, Luis. Las Grandes Interpretaciones de la Historia. Bilbao, ED. Moretón, 1952. Pp. 56-57.

Memoria, Relato y Recuerdos de un Pasado Glorioso

La memoria (Mneme) de los pueblos descansa en los relatos que se construyen a lo largo de los años sobre sus grandes gestas y eximios personajes; la cultura de los pueblos adquiere firmeza y cohesión cuando esta memoria condensada en relatos, se transmite a través de generaciones de un modo sublime y excelso, generando una afirmación de la identidad del grupo en torno de construcciones narrativas que estimulan el orgullo por el propio terruño y la propia historia.

Es ese el papel que ocupa la Épica en la cultura de la antigua Grecia, la que nos ha llegado por medio de los siglos a través de sus aedos (aeidi), cuyo objetivo fundamental no fue otro sino recopilar el pasado de los pueblos, para así inmortalizarlos mediante la imperecedera persistencia de la poesía, cuyo corolario histórico es transmitir su herencia cultural más allá de los límites de si propio mundo, sino al legado perenne abierto a todas las culturas que se remiten a Grecia para explicar su origen (arkhe).

El caso que nos convoca nos remite a los poemas que cumplieron la función social recién señalada. En este sentido, Homero y Hesíodo son aquellos hombres que supieron sintetizar en la lírica, las ideas sobre su propia Grecia, ya sea recurriendo a relatos extraídos del Mito (mÜqos) sobre la lejana y anhelada época heroica, cantando las gestas de aquellos hombres que a base de sus hazañas erigieron el orgullo de su estirpe, en el caso de Homero; o bien, interpretando los ciclos de la naturaleza con el fin de develar su belleza intrínseca, y sobre todo, para mostrar mediante la palabra (epos) y de un modo didáctico, los momentos estacionales y la frugalidad de la vida rural, para el caso de Hesíodo.

Es así como la Épica griega a través de la palabra, construye su memoria y con ello su legado a futuro, recuperando tanto relatos míticos como acontecimientos de orden histórico, para ser mixturados en una sola composición cuyo objetivo principal es la educación o formación de los hombres (paideia).

Hasta este momento nada nuevo. La real belleza de la épica griega y homérica en especial, radica en que este esfuerzo formador se construyó en ausencia de sensiblerías, clichés literarios e incluso de las impresiones personales de quién hilaba la historia, pues según C.M. Bowra: “la literatura griega se distingue por la omisión de todo aquello que no es esencial en el plan del conjunto y se funda en el vigor y buena distribución de las partes”[1], lo que se reafirma aún más con respecto a Homero, pues para él “el cuento por contar siempre es lo primario para el poeta y nunca un pretexto para filosofar[2]”.

Por otro lado, la lengua griega y su uso son ya de por sí elementos fundamentales para la elaboración del correlato del cuento y para el logro estético del canto, pues “la poesía griega opera sus efectos mediante el ritmo sostenido de las palabras y (…) la sintaxis singularmente flexible que simplifica la expresión de los elementos complicados”[3] , hace del griego en especial, el vehículo ideal para transferir a la eternidad la belleza de una cultura tres veces milenaria.

En último lugar, debemos mencionare el no menor detalle de que el canto épico en Homero, es un canto a lo humano, pues la inmortalidad de los dioses cierra la posibilidad del heroísmo, que por el contrario es del todo fecundo en los semidioses y sobre todo en los humanos mortales, acechados en todo momento por el ineluctable destino que lo amenaza con perecer en batalla. Pues sólo la muerte engendra la gloria en aquellos que luchan por la inmortalidad.

Amigo, también tú debes morir ¿de qué te quejas? Murió Patroclo, que valía mucho más que tú. ¿No me ves a mí, varón fuerte y hermoso? Hijo soy de un padre noble, y una diosa ha sido la madre que me alumbró; pero también sobre mí está suspendida la muerte y pende el duro destino. Alguna mañana, o una tarde, o un mediodía, hombre habrá que me arrebate la vida en plena contienda, hiriéndome con lanza o con flecha disparada de un arco”


[1] Bowra, C.M. Historia de la Literatura Griega. Fondo de Cultura Económica, Bs Aires. 3º Ed. 1953. Pp. 10.

[2] Loc. Cit. Pp. 21.

[3] Ibíd.